El reconocido catedrático y Doctor en Literatura Hispanoamericana, Carlos Alberto Trujillo, ha expresado fuertes críticas hacia la organización de la tradicional Feria del Libro, destacando la falta de información, la liviandad en la ejecución, el apresuramiento, la falta de seriedad y la escasa convocatoria a los diversos escenarios que abarca este evento cultural. Trujillo lamenta que, a diferencia de ferias anteriores que eran ejemplos de trabajo bien hecho, la actual edición pareciera no cumplir con los estándares esperados.
El catedrático enfatiza su descontento, especialmente considerando los sueldos significativos que reciben los funcionarios encargados de la construcción de la estrategia publicitaria. Para Trujillo, esta situación genera más que rabia, una profunda pena, al ver que un evento cultural de esta envergadura no esté a la altura de las expectativas y no alcance el nivel de convocatoria deseado.
Por otro lado, desde la perspectiva de la Administradora Municipal, Alicia Rojas, la opinión es paradójica. Rojas sostiene una visión diferente y destaca aspectos que podrían ser considerados desde otra vereda.
Ante estas discrepancias, la crítica de Trujillo plantea la necesidad de reflexionar sobre la gestión de la Feria del Libro y buscar maneras de mejorar la organización, la promoción y la convocatoria. Un evento de esta índole, crucial para el fomento de la lectura y la cultura, merece una planificación cuidadosa y un esfuerzo conjunto para asegurar su éxito y relevancia en la comunidad.